Es el primer libro de la literatura boliviana que aborda el tema de las diversidades sexuales, desde una perspectiva periodística seria y un enfoque científico reivindicatorio y humano. Con este trabajo, Edson Hurtado se ha posicionado como uno de los escritores jóvenes bolivianos más osados, que están contribuyendo a construir una nueva literatura, que aporta al proceso de cambio por el que atraviesa Bolivia. El libro reúne relatos y vivencias de gais, lesbianas, bisexuales y trans de todo el país, así como un repaso por eventos importantes del activismo como el debate de la Ley de Derechos Sexuales y Reproductivos, el proceso de la Asamblea Constituyente, los discursos de una sociedad conservadora y de muchas de sus intransigentes instituciones, y además cuenta anécdotas de personajes conocidos como el mismo Presidente Morales, el Vicepresidente García Linera, el periodista Carlos Valverde, la feminista y activista María Galindo, la Familia Galán o el ex Presidente Carlos Mesa, entre otros.
Pero los relatos también reflejan la violencia, la discriminación y la intolerancia que soportan las personas no heterosexuales de Bolivia. Hay historias dramáticas, casi crueles, de homosexuales que tiene que soportar la presión de la sociedad machista y homofóbica en la que viven, pero al mismo tiempo aparecen hermosas historias de reivindicación, de lucha y fortaleza, de convicción y de esperanza, de gente que está asumiendo sus derechos y viviendo su sexualidad libremente.
“Ser gay en tiempos de Evo” es un libro político que reivindica los Derechos Humanos y la urgente necesidad de igualdad y respeto de las diversidades sexuales de Bolivia. Es el primer libro de la literatura boliviana que aborda completamente la temática gay y que visibiliza un mundo escondido, muchas veces ignorado, y siempre ninguneado.
FICHA TÉCNICA
Título: | Ser gay en tiempos de Evo |
Autor: | Edson Hurtado |
Género: | Relato |
Número de ediciones | 2da. Edición |
Editorial, ciudad y año de edición: | 2da. Edición Independiente, Santa Cruz de la Sierra, 2012 |
Número de páginas: | 174 |
ISBN: | 978-99954-2-092-5 |
Traducciones: | |
Inglés | Being Gay In Times Of Evo Morales, 1ra. Edición, Independiente, 2015.
Traductor: Carlos Alberto Eid Knez |
Alemán | Gay sein in Zeiten des Evo Morales. Erlebnisse der LGBT-Community in Bolivien. 1ra. Edición, Edition Assemblage, Berlín, 2018.
Traductora: Dra. Swintha Danielsen |
Portugués | Ser gay no tempo de Evo Morales. 1ra. Edición, Independiente, Sao Paulo, 2019.
Traductora: Dra. Flavia Hubert |
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Ser gay en tiempos de Evo
Desde muy pequeña he tenido dificultad para entender ciertos códigos sociales que hasta ahora me parecen absurdos: sos negrito, sos peor; usás lentes o frenillos, sos peor; tu papá no tiene auto último modelo, sos peor.
Luego de algunos años, si no te vestís a la moda, sos peor; si tus medidas no son 90-60-90, sos peor; si sos negrito, sos peor. Después, si sos del MAS, sos peor; si sos negrito, sos peor y así sucesivamente, en un comportamiento que se reproduce hasta la vejez. Lo irónico y hasta gracioso es que en todas esas etapas podés ser gordo, negrito, pobre, feo; pero si sos maricón sos lo peor de lo peor, porque a los otros hasta pena se les puede tener, pero a los maricones no; a ellos se les tiene asco. Y ese asco viene de una especie de “razonamientos” sociales, los que a su vez vienen de razonamientos individuales más profundos. Me explico.
En la historia las discriminaciones se han originado siempre por motivos socioeconómicos.
Por ejemplo, el machismo nació en el afán de someter a las mujeres para asegurar una descendencia legítima a la cual heredar los bienes acumulados. Control. A los negros y a los indígenas se los sometió para asegurar esclavos que trabajaran en pro de fortunas ajenas. Control.
Pero a los homosexuales, ¿por qué se los quiere someter?, ¿por qué se los discrimina? La única respuesta lógica que se me ocurre es que su orientación sexual interpela a lo más profundo del inconsciente, lo que está dentro, la sexualidad doble que cada ser humano tiene, a sus perversiones y pulsiones naturales; por eso el vehemente rechazo, porque su sola existencia hace alusión a aquella libertad que las religiones y los tabús han querido coartar para controlar política y económicamente a la humanidad. Y así, entre toda esa represión de pleno Siglo XXI, donde los discursos de inclusión y “tolerancia” están tan de moda, nace Ser gay en tiempos de Evo, un libro que debió ser escrito hace mucho tiempo, pero que solo Edson Hurtado tuvo las bolas para hacerlo.
Quiero confesarles a todos ustedes, que cuando leí este libro (de un sólo saque), me sorprendí entre lágrimas. Edson me hizo recuerdo que no todo está perdido (a veces lo olvido), que NO me tengo que sentir afortunada por no tener que explicarle al mundo que soy heterosexual, que en nuestra calidad de seres humanos esta injusticia horrorosa nos incumbe a todos, que palabras como “tolerancia” o “aceptación” son camufladas formas de discriminación. En este tema, no hay nada que tolerar o aceptar, la clave es convivir y entender.
Edson me hizo recuerdo, entre otras tantas cosas, que si Dios existe, de seguro se debe retorcer de la indignación cada vez que una persona maltrata a otra por su orientación sexual.
Y es que amar y coger son verbos que, al mismo tiempo o por separado, todos ponemos en práctica. Si ser una persona, ya sea homosexual o heterosexual, tiene directa relación con estas dos acciones, ¿qué diferencia hace el sujeto con el que las practiquemos?
Las 145 historias contadas en este libro no tienen que ver con la ficción; sin embargo la manera en que Edson las escribió, la técnica de la que se apoderó y las palabras que usó, son propias de la literatura como expresión artística por excelencia.
Por eso, gracias Edson, por regalarle a mi Bolivia, a esta que vive los tiempos de Evo, a esta en la que vivo yo, Paola Senseve, una maravillosa oportunidad, un atajo directo a la libertad.
Después de Ser gay después de Evo, nada será igual.
Paola R. Senseve Tejada
Escritora
(Fotos: Roxana Moyano)
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Una provocación literaria
Comienzo recalcando que Edson Hurtado es peligrosísimo. Peligroso como lo son las almas libres de verdad, porque un rostro de esa libertad es tener conciencia del peso de nuestra propia palabra, como él la tiene, como pocos la tienen. A partir de ahí, valoro “Ser gay en tiempos de Evo” no tanto como obra reivindicativa de parte de un componente de la comunidad Gay Lésbico Bi y Transexual (GLBT) como acto de libre albedrío. Y sin gran clarividencia, dada la raíz testimonial del libro, es predecible que éste levantará polvo.
Planteo mi lectura en ese orden de importancia por la simple razón de que creo que una forma de romper o minimizar la discriminación es no creyéndole tanto.
Por supuesto, no estoy en la difícil condición de ser no heterosexual. Pero no veo la necesidad de mostrar esta publicación sólo como un acto de lucha, cuando ante todo es una obra testimonial de narrativa fluida, de relatos inesperados, de riqueza lingüística inherente a todo el escrito.
Un aporte tanto por su investigación estadística, como por sus historias no contadas anteriormente, como debe haber tantas otras de toda naturaleza que esperan ser germinadas en una obra como ésta.
Para dejar más claro, va este ejemplo: cuando Camila Urioste, joven poetisa, ganó en 2005 el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal, declaró que el reconocimiento era un orgullo “porque ya era hora de que lo ganara una mujer”. Es decir, minimizó su obra a la condición de género, sin resaltar la belleza o el aporte de su palabra poética.
Por ello, me niego a valorar esta publicación sólo por la semilla reivindicativa que la haya germinado: es un libro valioso, independientemente de la condición sexual de la cual trata, o la del autor.
Eso sí, no logré separar mi postura frente al tema de la orientación no heterosexual de aquello que leía; pese a que trataba de no darle mayor protagonismo a ese hecho, de pronto aparecía un guiño de algo que había vivido. Por ejemplo: no sé por qué me brilló en lo profundo cierto orgullo de mí misma por haber sido madrina del matrimonio de unas amigas mías, lo que vino a la mente al leer “Matrimonio”. De hecho, cuando publiqué una crónica respecto al evento recibí llamadas varios medios –incluso de Argentina y Chile- para confirmar mi nota y lograr contactos al respecto.
Advierto contradicción en la afirmación en algunos relatos sobre la postura de que vivimos en una sociedad que respeta la dignidad y que vive valiosos avances sobre esta situación, cuando otro tanto de las narraciones descalifica por completo nuestro retrógrado contexto “anquilosado en creencias conservadoras”. De hecho, da múltiples y creíbles ejemplos de exclusión y maltrato por diferencia sexual. Muchos relatos no dejan en claro el aspecto cronológico en que son expuestos, lo cual puede generar tal confusión.
Por ejemplo, “Campaña” dice: “Hoy vivimos cobijados por un Estado laico que reconoce la multiculturalidad y pluralidad, la libertad de culto y la diferencia de sus ciudadanos”, cuando con la misma contundencia “Educación” refleja la mentalidad bárbara con que se asume en la escuela esta temática. “Saliendo del anonimato” no muestra una sociedad mejor, sino una menos nefasta y menos discriminadora, pero nefasta al fin. Una sociedad “menos peor”.
Me niego a decir que vivo en una sociedad positiva, porque “Ser gay en tiempos de Evo” confirma que aún hay una parte de la población que debe pedir permiso para vivir. Esos pasos –breves y pocos- que se dieron respecto a diferencias sexuales sólo hacen que nos enorgullezcamos de nuestra barbarie.
Me preguntó: ¿en qué nefasto momento dejar vivir, o no agredir a un gay se volvió una virtud?
También advierte el paternalismo en que se cobija aún esa exclusión hacia los GLBT, en eufemismos varios como refleja el relato “Lenguaje”, que muestra que tales términos sólo siguen rezagando a esa población a ciertos papeles discriminatorios, por lo que recaemos entonces en el estilista maricón, o el pariente amanerado.
Una radiografía fundamental hecha en esta obra es hecha a los aportes constitucionales que se intentan en el Gobierno actual, que al mismo tiempo fueron traicionados. Una de esas traiciones se halla en la Constitución Política del Estado, que dejó de lado el matrimonio entre personas del mismo sexo, que era de los supuestos aportes más esperados tras muchas intervenciones y manifestaciones de la comunidad GLBT.
Y queda claro: “Las prioridades de los políticos están lejos del derecho de un hombre de amar a otro hombre sin ser discriminados”. Tras una revisión en “Proceso de Cambio”, “Hito” y “Campaña” de varias acciones políticas y manifestaciones públicas de autoridades y personalidades políticas, justamente, cuestiono el peso de las mismas y surge la pregunta de si tanta parafernalia por parte de grupos partidarios de tal o cual bandera no es una forma también de discriminar. Es decir, dolorosamente queda en claro que son necesarios leyes, fechas conmemorativas, o decretos para que parte de la población viva dignamente.
Me llamaron particularmente la atención los relatos “Saliendo del anonimato”, “Ver la luz”, “Culpa” y “Como la hormiguita”, por el tema de la “confesión” –así, como termino cristiano e inquisitivo- y el silencio que deben sobrevivir. Me llamó la atención, porque ningún heterosexual puede ser tan grosero de decir que sabe, o entiende lo que siente un gay al momento de asumir públicamente su orientación sexual.
El reflejo retrógrada que muestra “Ser gay en tiempos de Evo” sobre nuestro contexto además está en que las personas que aman a otra del mismo sexo aún deben “confesar”, “admitir” y -en el caso de encarar a sus familias, según estos relatos-, deben casi disculparse por algo que es parte de su esencia, de lo inherente de su humanidad.
Digo que desconozco por completo el coraje que debe asumir la comunidad GLBT en ese sentido y creo que ningún heterosexual puede siquiera pretender, debido a que no puedo visualizarme a mí misma en el siguiente diálogo:
— Viejos queridos, me duele decirlo pero debo confesarles que… soy heterosexual.
O como alguna vez alguien comentara, imaginemos a Martin Luther King diciendo:
— Amados padres, con profundo dolor debo admitir que… soy negro.
En resumen, si debo opinar desde la víscera sobre “Ser gay en tiempos de Evo”, al terminar de leerlo me quedó un dulce sabor de provocación en los labios tras encontrar un valioso aporte literario. Y finalmente, confieso que el impulso que me llevó a acercarme a la obra de Edson Hurtado fue una primera y fundamental coincidencia: los dos amamos a los hombres.
Marcela Araúz Marañón
*Periodista
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