Y Dónde están las Petroleras?

En el mismo lugar. No se fueron. No iniciaron ningún juicio. Ningún arbitraje internacional… nada.

Firmaron los nuevos contratos y se adscribiéron a las nuevas reglas que rigen en nuestro país.

Lo que nos lleva a una sola conclusión: las mentiras tiene patas cortas.

Querían que veamos fantasmas. Pretendían que el miedo se apoderase de nuestros corazones y que a través de él, desistamos de nuestros más sinceros deseos: recuperar lo que es nuestro.

La firma de los nuevos contratos con las petroleras que trabajan en el país, no solo demuestra que quienes se oponían ciegamente a la nacionalización eran solamente discurseadores baratos, si no que el gobierno está cumpliendo lo que prometió durante la campaña electoral. No solo como un acto político, que lo es, sino como una muestra más de que sus intensiones son sanas, por más equivocaciones que pueda tener.

Más temprano que tarde, muchas mentiras serán destruidas con hechos como éste. Y mucho más rápido de lo que esperan algunos, éste gobierno, que de a poco va encaminándose, demostrará su capacidad para respetar la democracia en su totalidad, pero sobre todo para enorgullecerse de ser un gobierno que gobierna para todos los bolivianos, de una vez por todas. Y también de ser el responsable de los cambios que tanto necesita esta nuestra amada patria.

Al menos ese es mi deseo.